Seleccionar página

La retina, la parte sensible a la luz en la parte posterior del ojo, es particularmente vulnerable a los cambios en los niveles de glucosa en sangre. La diabetes puede provocar una afección conocida como retinopatía diabética, en la cual los vasos sanguíneos de la retina se dañan y pueden llegar a hincharse o fugarse. Esto puede resultar en una pérdida de la visión y, en casos severos, puede llevar a la ceguera.

Es esencial mantener un control constante de los niveles de glucosa en sangre para prevenir o retrasar el desarrollo de la retinopatía diabética. En el siguiente video la Dra. Nora Jiménez presenta algunas medidas clave que pueden ayudar a mantener estos niveles en un rango adecuado y evitar daños irreversibles en tu vista.